Frase de la Semana

Siembra un pensamiento y cosecharás una acción; siembra una acción y cosecharás un hábito; siembra un hábito y cosecharás un caracter; siembra un caracter y cosecharás un destino.

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jueves, 3 de marzo de 2011

LA ENTREVISTA EN TRABAJO SOCIAL

La comunicación humana en una determinada sociedad ha estado basada en la defensa o cuestionamiento de intereses de todo orden: políticos, económicos, personales, de grupos, etc.; lo que supone una intencionalidad que expresa un conjunto de ideas acerca de la naturaleza de una relación humana donde interactúan deseos, pugnas, propios de un afán de dominio y de subordinación a la vez.

Todo ello nos obliga a reflexionar sobre un medio de comunicación y de interacción mutua como es la entrevista, cuyo fin exitoso no depende solamente de la aplicación de adecuadas y modernas técnicas, sino de lo que cada parte o elemento que constituyen esa relación, siente, piensa y desea. Es decir que entrevistador y entrevistado, ya sea verbalmente o en silencio, están esperando un cambio en el problema que los junta profesional y personalmente.

En Trabajo Social, la entrevista es considerada como una de las más importantes herramientas de la profesión, porque en ella aparecen situaciones y oportunidades para ambos elementos dialogantes y dialécticas, donde se establece una jerarquía que de antemano califico de desigual, pues el entrevistador sabe lo que quiere lograr mientras el entrevistado se reconoce inseguro, disminuido ante la superioridad del profesional, pero sin embargo desea confiar en él. Esta desigualdad momentánea marca el futuro de la entrevista y puede producir dos resultados antagónicos entre sí: confianza, empatía, esperanza... pero también miedo, pérdida de autoestima, angustia.

El trabajador social es persona con principios éticos, es sensible ante el dolor humano; está preparado para proponer soluciones (aunque no siempre las logre), conoce la técnica  perfectamente para comunicar intenciones y establecer estrategias en los procesos de recuperación y habilitación social, familiar o personal. Pero cuando hablamos de detectar potencialidades, debemos precisar en qué dirección se pueden estimular y para qué se desarrollarían... Somos expertos profesionales para descubrir las debilidades humanas pero también las riquezas de la vida, la valoración de la cultura o las formas de pensar, los comportamientos, extraños a veces por no decir incorrectos, sin embargo no siempre estamos armados de un elemento que considero vital en la profesión: la confianza absoluta de que los pobres son capaces de cambiar no sólo su vida, sino el mundo...

Sería interesante que el trabajador social se apodere de nuevos instrumentos que contribuyan a encontrar opciones favorables para el logro de solución a problemas sociales, también nuevos, generados por las políticas nacionales que quieren adecuarse a las exigencias de la globalidad.

Equivale decir, que el profesional moderno pero humano principalmente, debe permitirse ser creativo, inquieto e imaginativo; acudiendo al arte, al color, a la música, etc., en fin a todo aquello que haga sentir al entrevistado una persona estimada, importante y apreciada; en resumen una persona valiosa.

El presente documento, elaborado por tres estudiosas, comprometidas profesionales y docentes, intenta llamar a la reflexión de que los trabajadores sociales necesitamos algo más que buenas intenciones; es la convicción de que los pobres también creen en el cambio.

Este tema de la entrevista que para muchos pasa a ser casi una técnica de comunicación, muy simple aparentemente, encierra un significado tan amplio y profundo que nos obliga a buscar novedades para enriquecerla, hacerla digna, confiable y lo que es fundamental, más humana...

Fuente: Caceres, Leticia; et al (2004). La entrevista en trabajo social. Buenos Aires: Espacio.

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